Por Brenda Monterrubio Lezama
Popularmente es considerado que muchos de los grandes misterios para la ciencia se han encontrado fuera de nuestro planeta, sin embargo, los secretos que esconden los océanos han sido tema de grandes debates que aún hoy en día no han logrado esclarecerse por completo. El mar profundo, sin dudarlo es uno de los paisajes más hermosos, hostiles y desconocidos por el hombre. En términos generales, es definido como la sección del mar que comienza a partir de los 200 metro de profundidad (este dato se toma en cuenta para fines didácticos, dentro de la literatura especializada los límites pueden variar).
Actualmente, el desenfrenado requerimiento de materia prima resultado del alto consumismo mundial, ha dirigido el interés de algunas empresas hacia estos sitios. Para tener una idea más clara sobre ello se ha elaborado la siguiente infografía que permitirá explicar al lector las características generales de estás actividades, algunos tipos de ecosistemas sobre los que se llevan a cabo estas actividades, así como el impacto que podrían llegar a tener sobre ellos.
Las principales compañías que en los últimos años han surgido dentro de este nuevo sistema de explotación de recursos, son Nautilus Minerals y Soil Machine Dynamics (SMD).
Nautilus Minerals Inc. una empresa canadiense, es la primer compañía en comercialmente explorar el suelo marino en busca de sistemas con alta producción de sulfuro, actualmente se encuentran desarrollando un proyecto de extracción de cobre y oro en el territorio de Papúa Nueva Guinea y en un futuro, tienen planes para la extracción de minerales en Fiji, Tonga, las islas Salomón, Vanuatu y Nueva Zelanda, así como otras zonas fuera del oeste del Pacífico.
La empresa SMD, bajo un contrato que tenía Nautilus Minerals, fue la primer empresa en desarrollar vehículos para la minería en mar profundo y continúan desarrollando maquinaría especializada para estas actividades.
Pocas son las instituciones e investigadores que se dedican a estudiar los sistemas de mar profundo, sin embargo, la evidencia que existe sobre el posible efecto que tendrían las actividades mineras sobre estos ecosistemas no puede ser ligeramente tomada en cuenta. Es necesario evitar o al menos amortiguar en gran medida este tipo de practicas, por lo cual muchos de los grandes grupos científicos dedicados al estudio de estos sistemas han comenzado a desarrollar diferentes medidas que permitan regular las actividades mineras en estos sitios.
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